Puertas para personas con movilidad reducida

Anonim

Algunas puertas se pliegan sobre sí mismas para ahorrar el mayor espacio posible.

Más allá de las obligaciones que marca la ley, la accesibilidad debe permitir atender la diversidad de necesidades de los usuarios, sean las que sean. Este usuario puede ser un niño, una persona mayor o una persona discapacitada. Puede estar temporalmente incapacitado o tener una discapacidad permanente. En el mercado se encuentran disponibles varios tipos de puertas para personas con movilidad reducida: puertas de chapa, verjas, puertas batientes, puertas batientes, etc. Para ser adaptadas, las puertas deben tener: 1. una anchura mínima de 900 mm, 2. un paso libre mínimo de 830 mm, 3.un mango fácilmente maniobrable y agarrado por una persona en posición de pie o sentada que tenga dificultades para hacer un gesto de rotación de la muñeca, 4.un mango ubicado a más de 40 cm de un punto de contacto paredes o cualquier otro obstáculo al acercarse a una silla de ruedas, 5. una fuerza inferior a 5 kg para abrir la puerta. Existen sistemas de operador para puertas batientes, con mecanismo silencioso y funcionamiento continuo en caso de falla de energía. Además, existen automatismos para puertas interiores correderas que son fáciles de instalar. Algunas puertas están diseñadas para ahorrar el mayor espacio posible: se pliegan sobre sí mismas, reduciendo el espacio libre inicial en 2/3. El ahorro de espacio así conseguido permite solucionar problemas de distribución.