Este material es naturalmente antibacteriano.
El cobre, el primer metal trabajado por el hombre, ahora está siendo redescubierto por sus múltiples propiedades. Estética, maleable, conductora, 100% reciclable e incluso antibacteriana, está en el corazón de muchas innovaciones que afectan la vida cotidiana.
Cobre en ecoinnovación
Influidos por la necesidad de una producción que consuma menos energía, tiempo y materias primas, los diseñadores industriales apuestan por materias primas que requieran poca transformación y garanticen muchas cualidades intrínsecas como el papel reciclado, el carbono y el cobre. Así, el Interior Innovation Award 2012 acaba de seleccionar como ganadora la “Lámpara de cobre” de Sebastien Goldschmidtboeing, un joven diseñador alemán. En esta creación de diseño minimalista, la preocupación por la economía de medios es evidente. El cobre, elegido tanto por su conductividad eléctrica como por su brillo, ideal para reflejar la luz, desempeña tanto el papel de interruptor (una varilla larga permite regular la intensidad de la luz), como de pie y de pantalla. Otro ejemplo: el concept car “Onyx” de Peugeot, que enfatiza las materias primas, a diferencia de los códigos automotrices clásicos. El cobre muy maleable se deposita en láminas sobre los guardabarros del coche, creando un contraste llamativo con el carbono mate. Su reciclabilidad se hace eco de los periódicos reciclados que se utilizaron en la composición del salpicadero. Finalmente, no es necesario barniz, pintura o mantenimiento especial sobre el cobre. La pátina actúa como protección natural y garantiza una estética en evolución.
Cobre, un material antibacteriano
Numerosos estudios y experimentos científicos han demostrado la eficacia del cobre contra las bacterias en el entorno hospitalario. Un entorno equipado con superficies de cobre reduce el riesgo de contraer una enfermedad nosocomial en un 40%. Los descubrimientos ahora son aplicables a los objetos cotidianos. El objetivo es eliminar de forma permanente las bacterias y gérmenes que colonizan los objetos tocados a diario y prevenir infecciones como la gripe o la gastroenteritis. En esta área, elementos como el teclado de la computadora lideran las áreas de contaminación. Gracias a las propiedades antibacterianas del cobre, un teclado fabricado con este metal es autodesinfectante, erradicando entre el 90% y el 100% de las bacterias en pocos minutos. Asimismo, los carritos de supermercado y los teléfonos móviles son caldo de cultivo para las bacterias. El impacto directo podría ser significativo: se estima que el 80% de las infecciones se transmiten por contacto con superficies contaminadas.
El cobre se convierte en tela
Gracias a su maleabilidad, el cobre se adapta perfectamente al proceso de tejido. Una de las primeras diseñadoras en aprovechar esta oportunidad es la francesa Sophie Mallebranche, especializada en la creación y producción de tejidos metálicos a base de cobre. “Gracias a los 900 tonos de cobre, podemos liberar completamente los campos cromáticos. “Más allá de su carácter decorativo, la tela de cobre también es codiciada por su capacidad para bloquear las ondas electromagnéticas. El tejido compuesto de cobre y plata crea un efecto de "jaula de Faraday". El tejido de cobre es una vía seria para reducir la exposición de las personas a las olas, tanto en el hogar, en forma de cortinas, como en entornos profesionales: conductores de metro, personal hospitalario o agentes de EDF, por ejemplo. El tejido de cobre también es de interés para otras industrias de alta tecnología: en la aviación, al ser más liviano y conductor, podría reemplazar ciertos cables. Para saber más : eurocopper.org copper.org www.ma-maison-merite-du-cuivre.fr