Con el tiempo y el uso, una cerradura puede bloquearse cuando se abre o se cierra. Cambiarlo a un modelo similar es un trabajo accesible para todos, siempre y cuando se haga en el orden correcto y no se salte un paso.
Elige tu cerradura
Al elegir una cerradura, todo se trata de medir. Por lo tanto, es necesario comenzar por desmontar el modelo defectuoso de la puerta. Después de quitar el asa y luego la tapa, se desatornilla para poder quitarla. Sobre el elemento así liberado, es la medida entre las dos posiciones de la manilla y la cerradura la que permitirá adquirir un modelo perfectamente adaptado a la nueva instalación.
Instale una nueva cerradura idéntica a la anterior
La instalación se realiza en orden inverso al desmontaje. Sin embargo, antes de colocarlo, debe asegurarse de que el perno esté en la dirección correcta. Si no es así, simplemente inviértalo tirando de él. Luego apuntamos al bloque de bloqueo y luego a la manija. Un primer uso con la puerta abierta y luego la puerta cerrada asegurará que todo esté en su lugar.
Cambiar el tipo de cerradura
Lo ideal sería instalar una cerradura idéntica a la anterior. Esto solo puede facilitar el trabajo de colocación. Elegir un modelo diferente a menudo requiere un trabajo más largo y tedioso. Por tanto, será necesario poder realizar tareas a veces complejas y precisas (relativas a la pequeña carpintería) para adaptar la puerta a este cambio.