Humedad + metal = óxido. Esta evidencia es a menudo conocida por todos, pero las soluciones para remediarla a veces son más difíciles de encontrar. Sin embargo, existen métodos sencillos de implementar. Algunos confían en la fuerza de los brazos y otros en productos externos.
Mecánico para eliminar el óxido.
Si tiene una cuchilla oxidada o una superficie de metal, solo consiga una lima de metal o un cepillo y talle. Esta técnica ha sido probada incluso si requiere mucha energía. Para evitar que se canse, el cepillo se puede conectar a un taladro que hace el trabajo por usted. En el caso de que una bandeja para hornear, por ejemplo, esté oxidada, es mejor usar una hoja de papel de aluminio frotada contra las partes atacadas. Existe una tercera posibilidad con el uso de papel de lija de grano medio.
Químico para eliminar el óxido.
Sin tener que utilizar productos muy corrosivos o peligrosos, el óxido de los objetos metálicos puede ser atacado por materiales que todo el mundo encuentra en casa. Por ejemplo, unas gotas de lima agregadas a una pizca de sal pueden hacer el truco. Dejándolo actuar y luego frotando la superficie metálica con una esponja, los rastros de óxido deberían desaparecer. Lo mismo ocurre con los refrescos con gas. Es posible sumergir tubos metálicos u objetos pequeños en esta bebida que también previene la formación de óxido. Finalmente, existen productos químicos como el ácido clorhídrico. Después de lijar y desengrasar la parte oxidada, el producto se puede aplicar al objeto metálico. Cuando se trata de estos métodos, es importante recordar proteger los ojos y la piel.