Juega con los colores complementarios
¿Quieres pintar o repintar la habitación de tu hijo pero dudas sobre el color a adoptar? Haces bien en reflexionar: el color de un dormitorio es un elemento crucial, en la medida en que tiene el poder de calmar y adormecer, así como de excitar y despertar la imaginación. Deco.fr hace un balance y le da los colores para favorecer y evitar en la habitación de un niño.
Los colores que favorecen en la habitación de un niño
Elegir el color dominante de la habitación de un niño no es tarea fácil: no solo ayudará a crear una atmósfera específica (habitación Zen, habitación pop, habitación naturaleza, etc.), sino que además, los colores tienen un impacto en nuestra mente e influir en nuestro estado de ánimo en una habitación.Así que, para que tu pequeño pase noches muy dulces y que su habitación se coloque bajo el signo de la serenidad, aquí tienes los colores a favorecer en su zona de dormir:
- Tonos pastel. Delicados y relajantes, los tonos pastel (rosa, amarillo, verde, azul) son ideales en la habitación de un niño porque permiten aportar color sin caer en la cacofonía visual y la estridencia. Para aportar modernidad, no dudes en asociarlos con el blanco y el negro.
- Los tonos claros (rosa empolvado, azul hielo, etc.) son obviamente recomendables en la habitación infantil para favorecer la calma y el descanso. Las paredes pintadas en un color suave y relativamente neutro también atemperarán los elementos más estimulantes de la decoración del dormitorio de los niños: colcha, estantería, carteles, juguetes, etc.
- Verde, un color calmante que llama a la calma, y que por tanto será beneficioso para un niño muy tonificado. Para dinamizar un rincón de oficina o el espacio reservado para los juegos en el dormitorio, puedes optar por un verde ácido que aportará frescura.
- El azul es un color frío que además tiene un efecto sedante, por lo que será beneficioso para los niños inquietos.
Habitación infantil: buenas asociaciones
Para que las noches de su hijo sean serenas y tranquilas, es recomendable, además de elegir colores tranquilos y suaves, respetar algunas reglas, en particular:
- Priorizar la monocromía y utilizar el mismo color para todas las paredes. Si quieres poner un color vivo en la habitación de tu hijo, opta por una funda nórdica amarilla, un vinilo de pared azul eléctrico, una caja de almacenamiento roja… ¡pero evita la pared amarilla llena de sol en la habitación!
- A elegir, para el techo del dormitorio, el mismo tono que en las paredes, o un tono más claro o blanco roto.
- Si no eres fan de la monocromía, juega con los colores complementarios: rosa y verde pálido, naranja y azul pálido… pero evita, una vez más, los colores demasiado llamativos. Dependiendo del temperamento y gustos del niño, poner un color cálido como color dominante en las paredes y el color complementario frío como menor (sábanas, cojines, alfombras), o al revés.
Tonos a evitar en la habitación de un niño
Rojo resultará demasiado emocionante y agotador. Olvídate también de los colores primarios demasiado llamativos (azul eléctrico, amarillo pollito, rojo vivo), muy alegres para una zona de juegos y juguetes pero no aptos para un dormitorio, que también está destinado al descanso.
Si tu hijo tiene un temperamento soñador o introvertido, evita el azul en todas sus tonalidades y el verde, y prefiere colores cálidos y vigorizantes. En cualquier caso, deja que el niño también elija y luego observa qué efecto tiene el nuevo color en su actitud.
Evita también los textiles a rayas o frisos en las paredes, que dividen el espacio y frenan el crecimiento de la imaginación.