Barniz, aceite, cera …
Para el acabado de su parquet, como es el caso de muchos otros elementos de su hogar, tiene a su disposición diferentes opciones. Por tanto, hacer la elección que mejor se adapte a sus necesidades reales es fundamental para sacar el máximo partido a esta inversión. Por lo tanto, aquí le ofrecemos un pequeño análisis práctico para comprender mejor las ventajas y desventajas de cada uno de estos acabados.
Barniz, la solución económica y resistente
El barniz, que consiste en una fina película transparente aplicada a su parquet, es sin duda la solución más económica de las tres. Ofreciendo un aspecto brillante, satinado o mate según el estilo que esté buscando, el barniz también tiene varias otras ventajas. De hecho, conserva bastante bien el lado natural del parquet y le da cierta calidez a la habitación. Además, este tipo de acabado se caracteriza por su altísima resistencia y por el bajo mantenimiento que requiere. De hecho, para mantenerlo como está, basta con desempolvarlo y luego limpiarlo con un paño húmedo. Para protegerlo del envejecimiento o reactivarlo, un limpiador neutro es suficiente. Estas diferentes ventajas hacen del barniz una excelente opción para presupuestos reducidos. Sin embargo, debemos admitir que es una solución menos estética que la cera y el aceite. Asimismo, en caso de deterioro es necesario un tratamiento de toda la superficie.
Oil, una solución tradicional para un look auténtico
Utilizado en el acabado de parquet, el aceite penetra y recubre todas las fibras de madera. Destaca así las maderas en bruto y ofrece un estilo contemporáneo con apariencia mate o satinada. Un poco más estético y más refinado que el barniz, sin embargo, el aceite requiere un mantenimiento regular (aunque sea bastante simple). De hecho, para mantener este acabado en buenas condiciones, es necesario desempolvar el suelo y luego limpiarlo con un jabón de limpieza adecuado. También es necesaria una renovación que consiste en una nueva capa de aceite cada 6 meses.
Cera, estética, pero delicada
Esta opción es la más estética de las tres. Aporta una pátina extraordinaria a tu suelo y su agradable aroma perfuma toda la habitación. Sin embargo, esta forma de acabado de parquet tiene algunos inconvenientes. De hecho, forma una película: la cera solo protege la superficie de la madera y no penetra profundamente, a diferencia del aceite. Menos resistente que el aceite y el barniz, la cera también requiere un mantenimiento muy regular. En caso de mancha, es absolutamente necesario lijar y recordar aplicar una nueva capa de cera. Asimismo, es mejor evitar el contacto con el agua. Además, la cera puede hacer que su piso sea muy resbaladizo. ¡Cuidado con las caídas!