Estético, social o experimental
Existen muchos tipos de jardín. Según el lugar y las personas, el jardín se adapta a las necesidades. Estético, social o experimental, este lugar de diversidad explora diferentes posibilidades para mejorar la vida cotidiana. Antiguamente, el jardín era un lugar de interacciones e intercambios sociales en torno a la clasificación de especies. Hoy, la creación de jardines permite asegurar y salvaguardar la biodiversidad.
Jardines individuales: económicos y ecológicos
El jardín puede ser una forma de optimizar su presupuesto. Por el bien de la economía y la ecología, el jardín es un soporte esencial para la producción de alimentos. Es por ello que los huertos privados ocupan cada vez más el paisaje. Existen diferentes métodos para combinar economía y ecología en un mismo espacio. En un enfoque ecológico, el jardín consta de un huerto, compostaje de superficie y cepillo para reciclar los desechos verdes. En el corazón de este huerto permanece la agricultura en forma de huerto compuesto por plantas aromáticas y hortalizas. Si su casa no tiene jardín, alquilar un terreno privado u ocupar un espacio sin construir son soluciones a considerar.
Huertos parcelarios: respeto por la naturaleza
Gestionados por asociaciones o federaciones, los huertos parcelarios pertenecen a una comunidad. Este tipo de huerto es similar al modelo inicial de huertos obreros. Su especificidad radica en la agrupación de varios jardines en un mismo espacio. Estos pueden ser de diferentes dimensiones y estar ubicados en el centro o en las afueras de una ciudad. Los huertos de parcelas se establecen respetando la naturaleza y las estructuras instaladas. La preservación del medio ambiente y la puesta en valor del jardín constituyen condiciones suficientes para el establecimiento de estos jardines. Su práctica diaria y su modo de funcionamiento deben satisfacer las necesidades de los jardineros y permitir los intercambios entre ellos.
Jardines compartidos: interacciones y compartir
En una búsqueda de interacciones e intercambios sociales entre personas de un mismo barrio, el jardín compartido ofrece la posibilidad de crear un espacio colectivo. Para ello, grupos de vecinos se unen para rehabilitar espacios públicos abandonados y transformarlos en un huerto o huerto ornamental. Desarrollan un espacio de vínculo social entre los habitantes. Fiestas, plantaciones, jornadas de puertas abiertas, estas iniciativas dan vida al jardín en el entorno urbano. Los jardines compartidos se unen en torno a un mismo objetivo. La práctica de la jardinería comunitaria desarrolla lazos sociales a través de actividades divertidas y educativas. De esta forma, los habitantes pueden reunirse en torno a un proyecto común garantizando al mismo tiempo la protección de la biodiversidad. Estas acciones de solidaridad y compartir en torno al jardín permiten desarrollar acciones sociales singulares y promover el acceso al entorno en un espacio urbano.