En la oficina de… el chef de dos estrellas Michel Rostang

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Anonim

Cada nuevo tesoro enriquece la decoración.

Hay que ganar dos estrellas Michelin y, una vez obtenidas, hay que saber conservarlas. Este es el caso de Michel Rostang, cuyo restaurante homónimo es una dirección imprescindible para los gourmets. Este chef que nos deleita desde hace treinta años es también coleccionista. Desde su restaurante hasta su oficina, todo da fe.

Arte y gastronomia

Conocer a Michel Rostang no es un asunto de estado. Muy accesible, el hombre que lleva la comida en la sangre (¡durante tres generaciones, una verdadera historia familiar!) Pasa buena parte de su tiempo en el distrito 17 de París. Vive allí a tiro de piedra de su restaurante gourmet, a tres de su famoso Bistro de al lado y a cien metros de sus oficinas. Pero aquí y allá, la decoración tiene su impronta. Una mezcla heterogénea pero armoniosa de objetos de ayer y piezas firmadas por grandes nombres del arte contemporáneo.

Michel Rostang, gran chef y gran cazador de gangas

Muy temprano en la mañana reina una intensa actividad en estos lugares donde es director, sin olvidar sus otros establecimientos (cinco en total) en los que hace balance. El equipo se agita, se colocan las mesas, llegan los pedidos y en la cocina comienza poco a poco el ballet. En cuanto a las habitaciones, cada una cuenta su pasión por la caza de gangas y su gusto por los artistas. Los clientes tienen donde elegir. Michel Rostang siempre ha considerado que su restaurante es el escenario ideal para sus hallazgos que sabe destacar y que dan la impresión de cenar con un amigo refinado. Puede admirar una obra de Niki de Saint Phalle, así como una impresionante colección de cerámica de Robj.

Mesas con vista

También debes saber que Michel Rostang no tiene igual a la hora de descubrir un objeto original o un lienzo en la curva de un callejón de los Mercadillos o en Drouot. Cada nuevo tesoro enriquece la decoración. Es por ello que una de las salas rinde homenaje a Lalique, ofreciendo a los clientes diseños originales y algunas piezas del maestro vidriero, entre las que se encuentran apliques de extrema elegancia. Aquellos a los que les gusten las acumulaciones o los universos oníricos pedirán una mesa con vista a una escultura de Arman o un bronce Folon. A menos que prefiera sentarse en la pequeña sala de estar, bajo el techo abovedado con vidrieras de colores.

El arte de los gourmets

¿El arte te abre el apetito? Seguramente lo afila. Michel Rostang, artista en su profesión, elabora platos que dan un lugar privilegiado a los productos de temporada. En diciembre, la trufa reina de forma suprema, luego da paso a las morillas de primavera, mientras que la langosta llega en verano. En cuanto a las aves de corral, proceden de Bresse y de ningún otro lugar. Todos estos hermosos alimentos están al servicio de recetas ingeniosas, para degustar en medio de cálidas carpinterías dedicadas a los artistas.