Los elementos que componen un alicatado, parquet o cualquier otra instalación deben cambiar con las estaciones, en contacto con la humedad o el calor y, para el exterior, con las inclemencias del tiempo: heladas, lluvia, granizo. Las juntas de dilatación permiten remediar estos leves movimientos que, de lo contrario, podrían poner en peligro sus diversos logros. Gracias a su uso, sus superficies, y en particular las más grandes, se dividen en pequeñas porciones, lo que tiene el efecto de prevenir el inevitable deterioro, grietas y deformaciones.
Fabricación de una junta de dilatación: los principios a seguir
En general, se debe trabajar sobre una superficie limpia y sin rastros de humedad, después de haber respetado el tiempo de secado del pegamento que se utilizó para la colocación de las baldosas, en el caso del alicatado en particular. Por otro lado, debes saber que para que sean eficaces, las juntas de dilatación deben tener al menos 6 mm de ancho. Recuerde respetar el espacio necesario al instalar su revestimiento de suelo.
Hacer una junta de dilatación: diferentes técnicas
Existen varias técnicas, dependiendo de dónde se vaya a instalar la junta. Alrededor de una habitación, por ejemplo, se puede optar por dejar un espacio de unos pocos milímetros entre las baldosas o el parquet y la pared. Cuando instale el zócalo, ya no aparecerá. En otros casos, se deben realizar juntas de dilatación en todo el espesor del suelo, hasta la capa de mortero. Utilice un producto que tolera la compresión, como la masilla elastomérica, sobre la que se coloca un sello flexible, PVC, silicona, caucho o elastómero. También es posible utilizar un perfil de expansión, en aluminio, acero o latón.