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La renovación de una ventana no es solo el resultado de consideraciones estéticas. Una ventana en buen estado también garantiza un buen aislamiento térmico del edificio. Dependiendo del estado y el material de la ventana, son posibles varias opciones.
¿Renovar o reemplazar?
Las ventanas de madera son las más frágiles. Sometidos al mal tiempo, la pintura se pela, la madera se hincha y el sellador de las ventanas se desmorona. Cuando esto sucede, a menudo es demasiado tarde para considerar una simple renovación. Sin duda, el reemplazo total costará menos que varias operaciones de reparación sucesivas. En este caso, el marco de la ventana fijado a la pared se retira y se reemplaza por uno nuevo en el que se fijarán los marcos de la ventana. Si esto se hace correctamente, la pared no está dañada. Si el marco aún está en buenas condiciones, se puede considerar una renovación parcial. Puede cambiar solo las aberturas u optar por la instalación de una nueva ventana completa cuyo marco se atornillará al anterior comprobando la estanqueidad entre las dos. Una intervención más limpia y sencilla.
¿En qué consiste la reforma?
En el caso de que la ventana de madera esté ligeramente dañada, a veces es suficiente lijar, rellenar los agujeros en los lugares carcomidos y repintar. Se necesita tiempo y materiales específicos disponibles en cualquier tienda de mejoras para el hogar. También puedes aprovechar para cambiar el acristalamiento a favor del doble acristalamiento, que es mucho más aislante. Esto puede permitirle, bajo ciertas condiciones, beneficiarse de un crédito fiscal.