Construido desde cero en pantanos en 1870, el Parque Majolan se formó a costa de un trabajo prodigioso que durará más de 10 años. El lago fue excavado a mano, el río -el Jalle, afluente del Garona- desviado de su cauce, las cuevas construidas en cal, las ruinas y puentes hechos desde cero. Después de una importante campaña de rehabilitación, el parque volvió a abrir sus puertas en 2008, pero el trabajo original aún demuestra el desempeño de la ingeniería de la época en la actualidad. El resultado: un parque natural totalmente creado por el hombre, ¡un desafío! Mientras camina por sus callejones sombreados, preste atención a los detalles. Cada rincón esconde un tesoro de ingenio y creatividad. Embarque inmediato para un paseo romántico a voluntad.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéUn poco más adelante, los grandes brazos de un enorme castaño de Indias cruzan el arroyo. El parque alberga muchas especies de árboles y el follaje más alto, a veces centenario, proporciona una suave sensación de frescura en los meses de verano.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéLas ruinas del parque se integran perfectamente con la flora local. El descubrimiento de estos restos que se pueden creer muy antiguos toca al caminante que se imagina frente a fabulosos descubrimientos.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéA la derecha, la secuoya gigante, en el centro las cuevas y a la izquierda el puente “faux bois”. La proximidad al agua, que por sí sola representa una cuarta parte del área total del parque de 20 hectáreas, le da al lugar una suavidad encantadora.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéLas famosas cuevas, hechas principalmente con cal, esconden tesoros escondidos. Pero ojo, no todos se revelan a los visitantes. Algunas partes de las cuevas solo son accesibles durante actividades ocasionales, ¡así que estad atentos!
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéEl puente "faux bois" es uno de los muchos puentes del parque (puente sobre el cañón, puente gótico, puente de troncos, puente vertical, puente enredadera, etc.). Las barandillas de éste son obra de un artista regional (Aquitania), y combinan hábilmente hierro, bronce, acero inoxidable y cemento compuesto en una creación que sorprende por decir lo mínimo.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. Mahé¿Un cisne, un ganso…? ¡No, este pájaro volador no es otro que un pavo real! Son varios los que se quedan en el parque. La vista de su vuelo desde lo alto de las cuevas para aterrizar a orillas del lago en busca de alimento no te dejará indiferente. Y si les gustas, es posible que tengas derecho a una rueda majestuosa.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéAquí está uno de los consejos originales de este parque. El sistema de raíces de un árbol actúa como una escalera hacia el agua. ¡Teníamos que atrevernos!
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéLos niños no se olvidan, ni mucho menos. Las atracciones se colocan en varios lugares (incluso hay una tirolesa). Pero tenga la seguridad de que el parque en sí es lo suficientemente atractivo como para que no tenga que separarse de él durante la caminata.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéLos paseos amplios y cuidados también lo convierten en un parque accesible para discapacitados y ancianos.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéLos alrededores del lago invitan a un romántico picnic o un picnic familiar. Tendrá que guardar algo de comida, ya que es muy posible que sea la atención de algunos pájaros codiciosos, o incluso de otras especies inoportunas pero inofensivas bajo los ojos de los niños.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéAislados y siempre bien ubicados, los bancos creativos le permiten disfrutar de la ensoñación o compartir, en pareja, unos momentos de intimidad romántica.
Parque Majolan - Blanquefort
© J-F. MahéFin de esta visita demasiado corta al embarcadero, como debió ser a finales del siglo XIX después de su construcción.