Blanco y negro, pegatinas, alfombras y otomanas.
El final de la infancia no es del gusto de todos. La pubertad y la rebelión a menudo van de la mano. Un período complejo en el que a los jóvenes les gusta encerrarse en sus habitaciones, que se han convertido en su refugio y su territorio. La decoración nunca ha rimado tanto con adolescente …
Colores sobrios
En blanco y negro , es la regla. Los colores llamativos no son los más populares entre los jóvenes rebeldes, a diferencia de los tonos clásicos que, además, los apaciguan. Con paredes blancas y muebles en el color del ajedrez, es lo que colgaremos o pegaremos a las paredes lo que aportará matices y contrastes.
Pegatinas y paneles personalizan las paredes
los pegatina es la herramienta ideal para adolescentes. Con una increíble diversidad de patrones, tamaños, colores y formas, no puede evitar encontrar uno que termine en las paredes del dormitorio. Nos gustan especialmente los patrones muy gráficos en el estilo del arte callejero que encajan perfectamente en una habitación joven. Para un toque aún más rebelde, será necesario optar por signos divertidos que hablan por sí mismos. La “no entrada” es un clásico atemporal que se puede colgar en la puerta. En el dormitorio, otros carteles inspirados en el código de circulación le dan un aspecto divertido.
La alfombra reina suprema
En la tierra de los adolescentes, las alfombras son populares. Caminar descalzo, porque esconde más polvo que otros pavimentos, o simplemente porque nos gusta sentarnos ahí a charlar con los amigos: sea cual sea el caso, el alfombra presenta muchas ventajas en el dormitorio de una niña o un hombre joven.
Pufs para completar el conjunto
Al adolescente rebelde no le gusta el orden. Es imposible que una silla le dé un aspecto serio y ordenado. Con su estructura informal y suave , el puf está hecho para él. Además, hay todos los colores con todos los patrones imaginables. Solo queda elegir. Fotos para inspirar o para soñar … Descubre "Fotos decorativas"