Un techo de cristal interior funcional y estético
¡El techo de cristal va en aumento! Anteriormente destinado a estudios de artistas, ahora invierte nuestros interiores. Ideal para aumentar la sensación de espacio, establecer una forma de comunicación entre dos estancias de un hogar o dejar que penetre la luz natural, la cubierta acristalada nos seduce con su encanto atípico. Responsable de hacer más funcional un dormitorio y su baño, la interiorista Estelle Griffe imaginó una mampara de vidrio formada por diferentes paneles entre las dos estancias para dar luz y volumen a los dos espacios. Abrimos las puertas a esta importante renovación. Presupuesto : 20.000 euros Zona : 17 m²
Fusiona los dos espacios mediante la creación de un techo de cristal.
Antes : En el origen del proyecto dos espacios independientes: un dormitorio de 13 m², lleno de encanto y potencial, y un baño, oscuro y anticuado, de solo 3 m². Para cumplir con las precisas especificaciones de los propietarios que querían crear un aseo independiente y optimizar al máximo los espacios y la luz en estos dos espacios, Estelle Griffe se decantó por un techo acristalado interior. La meta ? Fusiona estas dos estancias para darle una nueva generosidad al espacio sustituyendo la mampara por un elemento arquitectónico que aportará estilo y perspectiva a esta habitación llena de carácter.
Optimiza los espacios y la luz
Después : Para lograr el resultado que conocemos hoy, el arquitecto tuvo que repensar por completo la disposición de las dos estancias. Para ventilar el espacio y así facilitar la circulación, Estelle Griffe ha optado por trasladar el almacenamiento hacia el interior de la habitación e instalar un vestidor de 2 m² en la antigua hornacina de la cama. Esta elección estética permitió crear, en el pasillo, un armario profundo que ahora alberga abrigos y un pequeño lavadero. Para mayor comodidad, la pared entre el dormitorio y el baño se ha desplazado unos diez centímetros. Esto se ha transformado en un bonito techo de cristal con reflejos nacarados. Esto aporta un toque decorativo real al espacio y amplía el baño que se hace más estrecho por el desplazamiento del tabique. Como resultado, el dormitorio y el baño comparten ahora abundante luz natural. Para satisfacer la demanda de los clientes que querían un inodoro separado, el arquitecto también creó una puerta cortina para el acceso directo al inodoro. Asimismo, se ha perforado una pequeña claraboya entre el WC y el baño para la entrada de luz natural en los aseos. Modernizado por colores claros y una distribución sobria y refinada, el baño es ahora un espacio íntimo propicio para la relajación. Estelle Griffe, diseñadora de interiores