¿Cómo imaginar una Navidad sin ellos?
Cada año, decorar el árbol de Navidad es obvio para todos: habrá guirnaldas y bolas navideñas. Pero, ¿sabes de dónde viene esta tradición y por qué esta decoración es compartida universalmente? Descubra la historia de las bolas de Navidad, que es un poco como un cuento mágico que se cuenta al pie del árbol. En el siglo 19, era costumbre que la decoración del árbol se hiciera con frutas, en particular manzanas porque así simbolizaban el árbol del paraíso. Desafortunadamente, en 1858, el invierno fue tan duro y la cosecha tan mala que el este de Francia, donde esta tradición estaba muy arraigada, se vio privado de estos ornamentos naturales. Un artesano del vidrio de Goetzenbruck, Alsacia, tuvo entonces la idea de reparar esta injusticia soplando algunas bolas de vidrio para reemplazar las manzanas. Esta novedad fue adoptada de inmediato y pronto se extendió por todo el mundo. Alrededor de 1880, Los adornos navideños cruzaron el Atlántico y tuvieron el mismo éxito en Estados Unidos y Canadá. A finales del siglo XIX, estas decoraciones se soplaron en moldes, lo que permitió variar las formas. En 1892, on invente le crochet au-dessus de la boule pour permettre de mieux l'accrocher au sapin et c'est en 1913, aux Etats-Unis, que naît l'anneau de suspension et sa capsule en métal, accroche encore utilisée de nuestros días. En 2012, la bola navideña sigue siendo parte de nuestras tradiciones. Hay quienes atesoran sus decoraciones de año en año y que incluso han pasado de generaciones anteriores, y quienes aprovechan una nueva Navidad para innovar siempre con colores actuales y formas variadas. Si la bola de cristal siempre es popular, nos tranquiliza la bola navideña de plástico que evita caídas trágicas, sobre todo cuando los niños forman parte de ella. Por último, también puedes decorar tu árbol con bolas transparentes en las que tendrás encerrados golosinas o pequeños obsequios.