Un entorno que crece con el niño
Confiar en el bebé para que lo acompañe en lo que más le conviene: este es el principio de un enfoque educativo que cada vez más se emula. Inspirada en el trabajo de la pediatra húngara Emmi Pikler, esta visión del bebé anima a los padres a observar y reaccionar, en lugar de estimular e imponer.
El método Pikler, instrucciones de uso
En el método Pikler, el padre se adapta al bebé y acompaña el desarrollo de su personalidad, y no al revés. Este método “suave” se vería recompensado con un gran progreso a nivel psicomotor.Más despiertos, independientes y curiosos, los bebés “Pikler” crecen con más confianza en sí mismos. Resultados positivos que son sobre todo una cuestión de actitud: para los padres, se trata ante todo de considerar a su bebé como un desconocido al que están a punto de descubrir, de responder a sus peticiones particulares y de respetar sus reacciones. queriendo pegar ideas prefabricadas sobre supuestas necesidades. Para crecer y moverse bien, un niño necesita un entorno seguro, pero también adaptado a su tamaño y capacidades.
Este entorno también debe evolucionar, como él mismo. Para convencerte de esto, ponte en su lugar. ¿Qué ve un recién nacido, un bebé de un año desde su cuna, su tapete de juego? ¿Qué puede hacer él? ¿Qué es lo que quiere? Estas observaciones inspiraron a Emmi Pikler a hacer arreglos revolucionarios para la habitación del niño, para que no fuera una habitación para adultos en miniatura, sino un verdadero campo de exploración. Mes tras mes, la topografía del lugar cambia de acuerdo a su crecimiento y progreso.Esto no significa que tengas que adquirir un equipo muy costoso: ¡cojines, un colchón y algunas buenas ideas pueden hacer maravillas! En lugar de juguetes sofisticados, ofréceles instalaciones que favorezcan las actividades motrices.
De 3 a 7 meses
De 3 a 7 meses, cuando esté despierto, deje al bebé fuera de la cama lo menos posible. Tumbado boca arriba, sobre una manta, disfruta jugando con los dedos, girando la cabeza en dirección a los ruidos. Cuando se aburra, ofrézcale un sonajero. Evite la posición sentada, que es menos energizante para el niño.
A partir de los 5 meses, el niño se vuelve hacia un lado y mira con más interés lo que ocurre a los lados. Pon a su alcance uno o dos objetos de colores que intentará agarrar (pero no se los des enseguida, un niño crece jugando con dificultades). Luego trata de darse la vuelta y, por lo tanto, se encuentra boca abajo.Entonces se le ofrece otra visión del mundo, cuando levanta la cabeza para ver lo que sucede frente a él. Que se mueva libremente de una posición tumbada a otra, sin intentar provocarlos.
A partir de los 7 meses, el niño se sienta solo, se agacha para acostarse. Para acompañar estos movimientos, cree un espacio abierto en su habitación. A esta edad, el suelo es el principal patio de recreo: cuantos menos muebles haya en su habitación, más espacio habrá dedicado a la exploración. Sobre el terreno, ¿cómo ofrecer el máximo de diversiones? Lo ideal es cubrir parte del suelo con una moqueta de pelo corto, lavable y lisa. El resto de la estancia puede ser liso y lavable (parquet flotante, vitrificado, linóleo). Coloca un cojín firme, un almohadón de espuma revestido con una tela vistosa y vistosa: el niño puede tumbarse sobre él, aprender a rodar sobre él y utilizarlo para todo tipo de juegos imaginativos.
De 10 a 18 meses
A partir de los 10 meses, coloca un pequeño colchón cerca del sofá que usará tu hijo para trepar. El parque con bares cobra todo su interés a esta edad: cuando pasa poco tiempo allí a la vez, y cuando tiene objetos interesantes, el niño puede apreciar este recinto donde juega solo. Cuando esté cerca, baje uno de los montantes para permitirle salir. Guarde sus cajas de embalaje grandes, que son excelentes cabañas (para personalizarlas perforando ventanas). Si tienes una terraza o un jardín, ahora es el momento de aprovechar también este espacio: una escalera en forma de V colocada en el lateral proporciona un buen juego de escalada, la hierba y sus pequeños habitantes fascinan y dan ganas de galopar a cuatro patas. .
¡A partir de los 12 meses, el bebé camina a menudo! Por lo tanto, se mueve cada vez más y sus actividades tienen lugar más afuera. También necesita más juguetes de fantasía: garaje, casa de muñecas, etc.Para guardar los juguetes, evita el baúl: los juguetes son atractivos cuando están ordenados y visibles. No hay nada como estanterías bajas, con la parte superior a la altura de su cabeza, para colocar los juguetes y los libros que necesita. Un truco para evitar el cansancio: cambia el lugar de los juguetes invirtiendo el contenido de las estanterías dos veces al mes. Las alfombras se vuelven entonces superfluas e inconvenientes para empujar el camión o el cochecito, quítalas.
A partir de los 18 meses, el bebé se levanta de la cuna, empieza a dibujar. Es hora de optar por la cama real. Antes de los 6 años, sin altillo: el niño debe poder salir y meterse en la cama con facilidad. Algunos fabricantes ofrecen camas convertibles: primero bajas, luego en el entrepiso que se puede elevar a medida que el niño crece. Agregue un pequeño escritorio o una mesa con dos sillas que le permitirán dibujar, hacer plastilina, hacer el comedor. Para guardar juguetes diminutos, no hay nada como los estuches de plástico: llévalos más bien aplanados, para que puedas ver fácilmente las partes.Las estanterías de cubos de almacenaje también aportan una solución práctica y estética.