La terraza, una sala de estar adicional.

Anonim

Una veranda casi siempre está hecha a medida.

Abierta al exterior pero protegida y confortable, la veranda es una extensión natural de la casa en el jardín. Dependiendo de las necesidades de sus propietarios, la veranda puede servir como jardín de invierno o terraza, ampliar una cocina, unir dos edificios, cerrar un balcón o simplemente traer luz a la casa. Gracias a los nuevos materiales, el control solar y la calefacción, hoy en día, todos los usos son posibles siempre que la veranda sea de buena calidad. Una veranda casi siempre se hace a medida para adaptarse a la personalidad de la casa y sus ocupantes. Puede armonizar con diferentes estilos arquitectónicos siguiendo la forma de la casa o, por el contrario, jugando con las formas cuando se trata de una extensión real. De hecho, puede ser redondo, cuadrado u ovalado. Todo es posible y la imaginación no tiene límites. Sin embargo, tenga cuidado de no romper la estética general de la casa o aplastarla con una terraza cuya superficie sería desproporcionada. Por el lado del precio, tampoco hay límite. Se pueden encontrar pequeñas terrazas prefabricadas de PVC por 1500 euros. Para un modelo no estándar, cuente en cambio un mínimo de 15.000 euros. Para una gran terraza (de 15 a 20 m²), espere 30.000 euros. Y para una hermosa veranda de hierro forjado o acero, cuente no menos de 2.000 euros por metro cuadrado.