Una descripción general rápida de lo que se debe evitar en el jardín.
Todos tenemos nuestras pequeñas peculiaridades como jardinero. Sin embargo, algunos de ellos son más perjudiciales para el jardín que beneficiosos. Una descripción general rápida de lo que se debe evitar.
En el balcón
- Nunca riegue una planta en maceta porque la superficie de la tierra está seca. Revuelva el medio de cultivo dos o tres centímetros, muy a menudo todavía está húmedo en profundidad. - De nada sirve multiplicar la dosis de abono por dos o tres si no se corre el riesgo de "quemar" las raíces de tus plantas. Sin embargo, no crecerán más rápido. - Prefiera los recipientes de plástico a las macetas de barro: si son más livianos, los recipientes de plástico acumulan calor alrededor de las raíces y transforman sus macetas en un verdadero "caldo de cultivo". La cerámica de terracota natural permite una mejor evaporación de la humedad y una mayor regulación del calor en las raíces. - Riegue a pleno sol con el pretexto de que hace calor: el agua se evaporará al contacto con el suelo sin ningún uso real para sus plantas.
En el jardín
- Pode cualquier cosa, de todos modos, indiscriminadamente: no todas las plantas podan al mismo tiempo o todos los años. Algunas se podan en invierno, otras en primavera como la buddleia o incluso en verano, en maderas jóvenes o las del año anterior. - Instale clemátides orientadas al sur: a las clemátides les gusta crecer con los pies a la sombra y la cabeza al sol. Odian quemarse de la cabeza a los pies. - Rocíe un herbicida sistémico en sus caminos de grava: los herbicidas sistémicos solo actúan absorbiendo el producto por el follaje. No tendrán ningún efecto sobre el suelo porque no tienen poder anti-germinación.
En el huerto
- Instale melones y calabacines uno al lado del otro en el huerto: es muy probable que vea sus melones transformarse porque corren el riesgo de ser polinizados por insectos forrajeros que ya han visitado las flores de calabacín. - Evite plantar tomates donde haya enterrado estiércol. Al descomponerse, el estiércol corre el riesgo de causar enfermedades durante varios meses después de ser enterrado, en particular la aparición de pudrición de la corona.