Por una vez, no enfurezcamos nuestro placer en lanzar un poco de cocorico e incluso, para ser precisos, un pequeño rugido ya que el producto que hoy se presenta proviene de Lyon. La empresa Kubb es de hecho el bebé de dos Lyonnais cuyo objetivo es ofrecer productos innovadores e inteligentes para la cocina, hechos en Francia y de calidad. Acaba de salir su primera colección de utensilios y entre estas novedades divisé el embudo con verrines para las fiestas. Algunos objetarán: "¡Oh, pero las verrinas son tan de 2010!" o incluso "¡Oh, pero los verrines son tan Un Diner Casi Perfecto!", sin embargo, hasta hoy no hemos encontrado nada más presentable para el tartar (¡sí, porque los círculos son tan 2011!). Quiero decir que el verrine, tienes que ver con eso y como precisamente tienes que ver con eso, también puedes hacerlo en buenas condiciones. Llegamos al relleno del verrine, cuyas proporciones siempre acaban por exasperarnos. El objeto es tan pequeño que casi tendríamos la tentación de pedir a nuestros hijos que lo llenen. Pero entonces habría que hacer caso omiso de los pequeños dedos grasientos que se posarían en los bordes. Un verrine debe estar impecable, de lo contrario es el Food Faux Pas, peor que un pelo en la sopa. El embudo de verrine de Kubb promete hacer que el paso de llenado de vidrio sea agradable. Funciona como cualquier embudo pero tiene un tamaño y diámetro adecuados para esta operación. El objeto le permite dejar ambas manos libres para un mejor control del conjunto. Finalmente, el embudo viene con dos empujadores (uno redondo y otro cuadrado) para empacar los pisos de la manera más limpia posible. Destinado tanto a profesionales como a aficionados perfeccionistas, el embudo de vidrio tiene la ventaja de costar solo 12,99 €. Por lo tanto, no nos arrepentiremos demasiado cuando haya pasado la moda de los verrines.
Encuentre todos los productos de Kubb en el sitio www.kubb.fr mientras espera que lleguen a las tiendas especializadas.