Su popularidad se explica por una combinación de propiedades que la hacen única.
El cobre es un elemento natural que se ha utilizado para fabricar recipientes, tubos y recipientes de agua durante miles de años. Su popularidad se explica por una combinación de propiedades que la hacen única. Es capaz de soportar el calor extremo sin sufrir degradación; resiste la corrosión y la alta presión del agua y no se quema. También ofrece largos años de servicio y una propiedad antibacteriana que evita la proliferación de microbios y virus en los sistemas de distribución de agua. Todas sus ventajas lo convierten en un material preferido en la casa, especialmente en el ámbito de la calefacción. ¿Qué pasaría si cambiara al cobre para mantener una temperatura agradable durante todo el año en su hogar, dulce hogar?
Reduzca sus facturas aumentando el rendimiento energético
El cobre es un material sólido y seguro que se adapta perfectamente a todos los sistemas de calefacción (aceite, gas, etc.). Totalmente reciclable sin pérdida de calidad, es una ventaja tanto para el medio ambiente como para sanitarios y calefacción. Optar por una red de cobre para su calefacción de pared, suelo o convencional no solo representa una inversión inteligente, sino que también ayuda a ahorrar energía. De hecho, un sistema diseñado íntegramente a partir de tubos de cobre puede reducir el trabajo realizado por la bomba utilizada para la calefacción central hasta en un 50%. ¿Cómo? 'O' ¿Qué? Simplemente gracias a sus diversas propiedades que facilitan la circulación de agua o gas, facilitando así el trabajo de la bomba. Una ventaja significativa para su bolsillo y para el medio ambiente.
Cobre en diferentes sistemas de calefacción.
El cobre es ideal para calefacción por suelo radiante. Los tubos hechos con este material son herméticos al oxígeno, mecánicamente resistentes y se expanden muy poco, lo que permite que su piso permanezca estable. Por otro lado, la separación de las tuberías de un eje a otro reduce la necesidad de tubería, al tiempo que permite un calentamiento más rápido del suelo y una reducción del consumo de energía. Otra innovación que ha surgido en los últimos años, la pared calefactora en tubos de cobre. Hermano pequeño del suelo radiante de baja temperatura, toma prestada su tecnología y rendimiento. ¿Sus ventajas? Funciona a baja temperatura y casi no tiene inercia, lo que limita las pérdidas de energía (el metal rojo es unas 1000 veces más conductor que el plástico, por ejemplo). Hoy en día existen dos tipos de sistemas: el primero consiste en bobinas "preformadas" que se adaptan a todas las formas de las habitaciones ya todas las potencias de calefacción. El segundo consiste en colocar los tubos de cobre en las paredes (ellos mismos cubiertos con placas termoaislantes y antirruido). Como acabado, las paredes se recubren o cubren con yeso proyectado. Al igual que con la calefacción por suelo radiante, la red de tuberías de la pared se puede conectar a todos los generadores convencionales. Permite un uso óptimo de las energías renovables: bomba de calor, placas solares, geotermia, etc. y sigue siendo la solución más adecuada para la construcción de viviendas de bajo consumo (es decir, de bajo consumo).