El zinc es un material muy estético y económico.
Con su apariencia envejecida y sus variaciones de gris, el zinc es el material ideal para un loft, un mercadillo o un ambiente campestre. Nos gusta por su naturalidad pero también por su facilidad de mantenimiento. Asociado a otras materias primas como la piedra, la madera o la pizarra, aporta un toque “factory chic” a cualquier estancia de la casa. ¿Cómo integrarlo en su interior, limpiarlo y realzarlo? ¡Te lo contamos todo!
¿Zinc, kesako?
El zinc es un metal gris azulado, trabajado hasta que toma la forma de láminas o planchas. Ligero y muy resistente al agua, tiene la particularidad de no oxidarse, de ahí su uso ancestral para cubiertas. En los últimos años ha entrado en nuestros interiores y está disponible en forma de complementos decorativos o mobiliario. Sus hojas también se pueden utilizar como revestimiento de una mesa o encimera. Su asombrosa longevidad y su pátina lo convierten en un material de elección para la decoración de interiores y exteriores.
Un toque de autenticidad
El zinc es un material muy estético y económico, de ahí su importante uso en decoración. Evidentemente, nos remonta al ambiente campestre, en el momento en que los campesinos le ofrecían un lugar de elección para su trabajo (regaderas, bebederos para animales, etc.). Hoy en día, muchas marcas se están reapropiando de sus códigos e imaginando nuevos accesorios de zinc con un aire muy retro.
¿Cómo mantenerlo?
El zinc crudo tiene un aspecto brillante siempre que no esté expuesto a los elementos. Pero muy rápidamente, adquiere una pátina de sí mismo para ofrecer ese gris más o menos blanco que lo caracteriza. Para mantener su hermoso aspecto plateado claro, simplemente limpie la superficie con el lado duro de una esponja y vinagre blanco, luego enjuague y cúbrala con una capa de jabón negro. Si quieres mantener el brillo del zinc, puedes cubrirlo con un barniz especial que se aplica con una brocha.
Zinc para decoración
El zinc es una de las denominadas materias primas, como la madera, el ladrillo o el metal. En interior, combina a la perfección con un ambiente loft o campestre. Para estos dos estilos, se requieren tonos apagados, ¡solo cambia el mobiliario! El ambiente de loft favorece especialmente los accesorios industriales: los asientos, las estanterías de mensajería o las taquillas de zinc encontrarán naturalmente su lugar. Si prefieres el estilo rústico-retro, opta por reediciones de objetos antiguos (cubre ollas, jaboneras, suspensiones, etc.). Algunos incluso se atreven a desviar el bebedor de zinc a una bañera. Porque no tu ?