La iluminación de un área de trabajo como una oficina debe elegirse con prudencia. De hecho, si no es apropiado, puede causar varios inconvenientes como fatiga ocular, deslumbramiento o incluso dolores de cabeza. El confort visual depende entonces del equilibrio de luminosidad, uniformidad de iluminación y buena calidad de luz. Resumen de consejos para aplicar.
Optimización de la iluminación de una oficina: prioridad a la iluminación natural
Debido a que una oficina ideal se ubica a la sombra de una terraza, se trata de intentar reproducir este ambiente luminoso. Por tanto, favorecer la iluminación natural es fundamental. Sin embargo, el escritorio no debe colocarse demasiado cerca de la fuente de luz natural (ventana, lucernario, etc.) para evitar los fenómenos de reflexión y deslumbramiento que cansan la vista. Así, las protecciones fijas o móviles (estores, cortinas, etc.) permiten adaptarse a la altura y orientación del sol.
Combina luz directa e indirecta
En el trabajo y en casa, se recomienda combinar luz directa e indirecta. Para obtener esta doble exposición se deben utilizar diferentes luminarias. En cuanto a la iluminación indirecta, los plafones pueden equiparse con filtros para favorecer la luz difusa. La luz directa, obtenida por una lámpara auxiliar en la superficie de trabajo, debe ser direccional y utilizarse para iluminar el punto de atención (lectura, escritura).
Optimizar la iluminación de una oficina: proporcionar la luz
La luz debe adaptarse a la actividad practicada (lectura, trabajo con la computadora, escritura, etc.). Los dispositivos equipados con atenuadores permiten modular fácilmente la iluminación de acuerdo con estas actividades. Por la noche, se recomienda utilizar una bombilla con buena potencia lumínica no agresiva.