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En lo que respecta a la conexión y el suministro de gas, existen algunas normas e instrucciones de seguridad que deben observarse para evitar cualquier peligro. Dependiendo de las instalaciones, hay tubos rígidos de cobre (utilizados por profesionales), tubos flexibles con conexiones roscadas (muy prácticos porque son intercambiables) y finalmente el tubo flexible.
Tuberías de gas de PVC
Este modelo es el más antiguo y el más común. Es el que conecta la estufa de gas a la bombona de gas. Sobre este último hay un cierto número de cifras pero también una fecha de caducidad que hay que respetar. Después de este período, la estanqueidad de la tubería ya no está garantizada. También está prohibido utilizar todos los dispositivos integrados. Para cambiarlo, simplemente retírelo de la boquilla unida a la botella por un lado y al dispositivo por el otro. Se vende en diferentes longitudes, puede volver a cortarlo fácilmente. En una buena instalación, no se debe anudar, torcer o pellizcar para no obstruir el suministro de gas.
Tuberías de gas flexibles o cobre
Las mangueras flexibles atornilladas son las últimas llegadas al mercado. Disponibles en varias longitudes, su vida útil es mayor que la de una manguera flexible. Su instalación es sencilla. Una vez que se establece la conexión, no se pueden arrancar. Finalmente, las tuberías de cobre se instalan de forma fija y requieren trabajo de soldadura. Si es necesario cambiarlos, es mejor llamar a un profesional. Cualquiera que sea el tipo de tubería, se deben observar ciertas pautas. Siempre corte el suministro de gas antes de realizar cualquier cambio y las mangueras no deben entrar en contacto con ninguna fuente de calor, ni retorcerse o pellizcarse.