Si, a fuerza de caminar sobre ellas, las juntas de las baldosas se vuelven negras o la piedra caliza se incrusta, no vale la pena acudir a un profesional o comenzar una renovación completa de sus baldosas. Existen soluciones de mantenimiento más sencillas.
Preparación
Sea cual sea la solución que consideres para dar nueva vida a tus juntas de baldosas, siempre es necesario eliminar la mayor parte de la suciedad acumulada. Para ello, utilice un cepillo duro mojado en una mezcla de agua y bicarbonato de sodio, por ejemplo, o detergente en polvo tipo Saint Marc o incluso potasa o vinagre blanco. La pasta de dientes o el peróxido de hidrógeno también pueden funcionar. En todos los casos, es importante aclarar las baldosas con abundante agua después de estas intervenciones.
Blanqueamiento de juntas de baldosas
Además de pelar las articulaciones, el peróxido de hidrógeno ayuda a blanquearlas. Existen otras posibilidades para crear una película blanca entre sus mosaicos: un trazo de esmalte blanco, por ejemplo, puede funcionar. Asimismo, existen polvos que, mezclados con agua y recubiertos en las articulaciones, las blanquean.
Pintura de juntas de baldosas
También se puede dar un trazo de pintura a las juntas para darles un poco de brillo. Por tanto, es aconsejable proteger las baldosas circundantes con cinta adhesiva para aplicar en la unión entre la junta y la baldosa. Se recomienda el uso de un pincel muy fino.
Protección de juntas de baldosas
Finalmente, existen varias posibilidades para conservar las juntas y limitar la aparición de suciedad. Renovador, protector, antifúngico … se comercializan muchos productos sintéticos. Puede ser suficiente un cepillado regular con agua jabonosa y ligeramente clorada.