¡Reduzca sus facturas de calefacción!
Mientras que el gas ciudad está en pleno desarrollo, la calefacción por gas está reemplazando gradualmente a la calefacción por aceite. Tanto más cuanto que las últimas generaciones de calderas de gas, denominadas calderas de condensación, son un medio de calefacción muy eficaz. Particularmente indicados para suelo radiante, permiten obtener bonificaciones fiscales y ahorros importantes en la factura de calefacción.
Calderas de gas convencionales y su eficiencia récord
El principio de funcionamiento de las calderas de gas convencionales es muy simple. El gas se quema y genera humo. Este último pasa por un intercambiador en el que circula agua, que a su vez alimenta el circuito de calefacción. Estas calderas tienen, por norma general, y dependiendo de la calidad de la caldera, una eficiencia media del 93%. Algunos de ellos, llamados de baja temperatura, y muy a menudo presentados como una revolución, limitan la temperatura de inicio a 40 ° C como regla general. En gran medida suficiente para calefacción por suelo radiante o radiadores de baja temperatura.
Calderas de condensación de gas: la nueva generación
Las calderas de condensación de gas funcionan según el mismo principio que las calderas convencionales. Sin embargo, tienen la particularidad de recuperar el calor latente contenido en el vapor de agua de los humos creados por la combustión del gas. Gracias a este fenómeno, ahora es posible alcanzar el 105% en el NCV (Valor Calorífico Inferior). Este sistema es, por supuesto, más caro de comprar, pero se amortiza muy rápidamente, porque muestra un rendimiento sin comparación posible con una caldera de gas convencional. Tanto es así que hoy en día, en calefacción de gas, las calderas de condensación se han convertido en el referente. Para funcionar de manera óptima, el retorno de la calefacción debe ser lo más frío posible para obtener una mejor condensación y, por lo tanto, recuperar más calor. Por tanto, una caldera de condensación de gas será más eficaz en un suelo radiante que en un circuito de radiadores, que ofrece un retorno más cálido de unos veinte grados.
Calderas de gas: ahorro de costes
Las propiedades ecológicas de las calderas de condensación de gas son reales. Tanto es así que les permiten optar al crédito fiscal para la transición energética. Además, el precio del gas, incluso si está indexado al precio del petróleo, sigue siendo particularmente barato y atractivo, ya que las existencias de gas siguen siendo lo suficientemente grandes por el momento. La caldera de condensación de gas también tiene la ventaja de no tener que almacenar una botella si está conectado al gas ciudad. Reemplazar una caldera de gasoil por una caldera de condensación de gas no requiere demasiada inversión y reduce significativamente la factura de calefacción debido al rendimiento registrado por este sistema.
Alcance ecológico limitado para calderas de gas
Sin embargo, calentar con una caldera de gas tiene algunos inconvenientes. Por supuesto, la combustión de gas libera menos CO2 que una caldera de aceite. Sin embargo, esta no es la solución más ecológica para el medio ambiente. En el caso del propano, se trata de la instalación de un cilindro ubicado en el exterior del edificio que será necesario recargar una o dos veces al año según el tamaño de la casa a calentar y la duración de uso del sistema de calefacción. Además, el propano tiene un precio más alto que el del fuel oil y la electricidad. Por último, si la dependencia del gas del petróleo no alcanza la del fuelóleo, no deja de ser insignificante.