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Consumo de energía controlado, prolongación de la vida útil del sistema de calefacción, ecología, confort, seguridad… las ventajas de una caldera en buen estado son numerosas y, por tanto, deberían animar a todos los hogares a hacer lo necesario. A continuación, se ofrecen algunos consejos para tener siempre una calefacción de calidad y respetuosa con el medio ambiente.
La solución fácil y sin riesgos: el contrato de mantenimiento de la caldera
Desde hace varios años, la ley exige que los propietarios de calderas hagan que un profesional revise su sistema anualmente. Por lo tanto, es posible decidir sobre un contrato regular que garantice una supervisión regular y total por parte de un ingeniero de calefacción. Este sistema evita que los inquilinos o propietarios se preocupen por la fecha del último servicio, los riesgos incurridos… y les da la garantía de tener una caldera en buen estado de funcionamiento. Tras cada visita, los contratos de mantenimiento -que siguen siendo no obligatorios- el profesional facilitará a los propietarios la prueba que podrán solicitar en caso de siniestro relacionado con la caldera.
Los puntos imprescindibles para un buen mantenimiento de tu caldera
Quemadores y conductos: estos son los dos elementos que suelen recibir más atención cuando se produce un problema con una caldera. Por tanto, es importante mantenerlos bien. En cuanto a los quemadores, deben estar completamente desmontados para limpiar adecuadamente y posiblemente lubricar el sistema. En el caso de una máquina de aceite, el estado de la boquilla también es esencial. En cuanto a los conductos, el barrido es obligatorio dos veces al año, incluida una durante el período de uso de la caldera. Esto se puede hacer con productos o manualmente con cepillos y otros hisopos.