Eugène Poubelle va a la guerra contra la suciedad
Pocos objetos pueden parecer tan inofensivos como un bote de basura. Sin embargo, sus comienzos no fueron fáciles.¿Qué tienen en común una guía telefónica, un bocadillo y un bote de basura? Estos objetos cotidianos simplemente han conservado el nombre de su inventor. A finales del siglo XIX, el prefecto del Sena, Eugène Poubelle, cansado de la extrema suciedad de las calles de París, emitió un decreto el 7 de marzo de 1884 que causaría revuelo. Obliga a todos los propietarios de edificios a proporcionar a sus inquilinos contenedores comunes, provistos de tapa y con capacidad suficiente para contener los residuos domésticos.La capacidad prevista es amplia: ¡de 40 a 120 litros! A esta primera revolución, el prefecto añade una segunda: la del primer sorteo selectivo de la historia.Los parisinos son reaciosDe hecho, tres tipos de contenedores son obligatorios: el primero está destinado a recoger materiales putrescibles, otro está reservado para papeles y trapos, mientras que el último está dedicado al vidrio, la loza y la ostra. conchas! Un comercio ve con muy mal ojo el nuevo invento: los carroñeros, que temen que el maldito contenedor acabe pura y simplemente con su sustento. A los parisinos, antes acostumbrados al famoso sistema de “todo en la calle”, les cuesta disciplinarse y se resisten a utilizar las nuevas cajas que pronto llamarán “cubos de basura”, un poco por venganza. Finalmente, el prefecto Monsieur Propre gana su caso. Poco a poco, los cubos de basura se están extendiendo por Francia pero no se generalizarán del todo hasta la época de la Segunda Guerra Mundial.Mesa, jardín o baño, la basura ya es inseparable de nuestra vida cotidiana. Se rechaza hasta el infinito. El cubo de basura con pedal Vipp, inventado en 1939 por un estampador danés para su mujer, propietaria de una peluquería, se actualiza periódicamente y se adorna con magníficos colores (en la versión Purple Cut, con una capacidad de 18 litros, € 265 en www.achetezfacile.com). Los ecologistas pueden obtener contenedores de clasificación selectiva en versiones de dos o tres cubos (Zuny, todo acero inoxidable, tres veces 20 litros, 145 € en www.ctendance.fr). Si no te gusta la frialdad del acero inoxidable, preferirás el contenedor de clasificación selectiva a 75 € en www.greenrepublic.fr. En realidad se trata de tres bolsas de polipropileno totalmente reciclables en color chocolate (plástico), beige (papel) y crudo (vidrio). Por último, la versión futurista de nuestro buen viejo “cubo de basura” es el cubo de infrarrojos, disponible en varias capacidades (ver por ejemplo la Gama Naelia HSD Lacada en acero inoxidable y lacado negro, que ha sufrido una influencia japonesa, 79,99 € en www.mistergooddeal.com). Para los fanáticos del orden que quieren evitar todo contacto, se abre gracias a una celda que reacciona justo cuando la mano pasa por encima.