En la cocina, como en todos los ámbitos, hay códigos sociales que respetar. Una raclette, por ejemplo, es una actividad grupal, generalmente organizada en invierno (a menos que realmente no sepa cómo hacer otra cosa). A partir de esta observación sociológica, los fabricantes de electrodomésticos han diseñado raclette para compartir entre 4 y 10 personas. Lo cual es totalmente injusto porque, cuando estás solo y sin amigos, ¡al menos deberías evitar la imposibilidad de tener una raclette en solitario! La empresa suiza Trisa Electronics ha optado por defender a los más desfavorecidos en las relaciones humanas ya que ofrece una máquina raclette para una persona. Dicho esto, si los grupos son apoyados por el hada de la electricidad, el solitario deberá contentarse por su parte con cuatro velas para derretir su raclette. 
La ventaja de este método, digamos arcaico, es la siguiente: "¡en el chalet alpino o en la playa, disfruta de tu raclette en todas partes!" (dixit Trisa). Aquí hay otra convención social barrida: por más obvio que parezca el chalet alpino, la playa parece algo fuera de lugar. Fíjate que si estás solo y empiezas a hacerte una raclette en bañador en la playa, sin duda vas a tener amigos muy rápido, ¡o al menos curiosos! Trisa Electronics, My Raclette Rouge y My Raclette Noir, 19,90 CHF
