¡Es Mac Gyver quien quiere!
Aunque habitualmente nos equipamos con bolsas con cierre de cremallera y otras cajas herméticas, siempre hay un momento en el que nos encontramos con un paquete de comida en nuestras manos que necesita cerrarse ante el dolor de un rápido deterioro. En este caso, son posibles varias técnicas. Uno de ellos consiste, por ejemplo, en enrollar su embalaje sobre sí mismo, esperando que no vuelva demasiado a su forma original. Otros intentan usar una pinza para la ropa para cerrar temporalmente la abertura. Todas estas soluciones de sistema de estilo D son más o menos efectivas y tienen la ventaja de no costar un centavo. Desafortunadamente, la mayoría de las veces fracasan en su tarea. Normalmente lo notamos cuando el fondo de un cajón está lleno de cacahuetes o cuando mordemos una viruta totalmente blanda. La buena noticia del día es que este tipo de percances serán cosa del pasado gracias al truco de la botella. Este es un truco que había visto regularmente en Pinterest pero que nunca había probado en casa. Fue mientras preparaba una granola casera que afortunadamente recordé esta técnica. Había abierto tantos paquetes entre frutos secos, avellanas y avena que mi stock de bolsitas herméticas no era suficiente. Y estaba fuera de discusión dejar mis nueces para empacar en mi armario. Gracias a este sistema, pude volver a sellar el empaque de manera eficiente y sin el riesgo de que la comida se eche a perder.