Tan chic, ahora limpiamos nuestros platos con Cézanne
La fantasía de admirar el Baño Turco Ingres en tu bañera, tener un Arcimboldo en tu cocina o beber tu té de la taza de María Antonieta ya no es absurda. Hoy en día, tener una pieza de museo es posible. Hay tres tipos de objetos culturales: reproducción idéntica de una obra existente, objetos inspirados en una obra y creaciones puras, variaciones del patrimonio. Esta tendencia nace del homenaje, pero también del sentimiento de transgredir una prohibición: si no tocas nada en los museos, puedes adquirir algunas piezas. A menos que seas millonario, poseer el original de una obra maestra es impensable. Pero los servicios de reproducción se están expandiendo, especialmente en la "web" de Internet. La excelencia de una copia no es la disciplina de los falsificadores. Es un arte ancestral. Una técnica de aprendizaje por la que han pasado los grandes maestros. Para aquellos que encuentran los carteles demasiado insípidos, una buena réplica puede satisfacer los deseos artísticos. Los copistas profesionales tienen autorización, se les puede ver por las mañanas en las salas del museo. Estos lienzos pintados a mano, una perfecta imitación de cuadros famosos, participan en la decoración de interiores (la idea tampoco es transformar tu casa en una galería del Louvre), a precios asequibles. Hay sitios muy competentes de reproducciones sofisticadas. El comprador puede elegir según la época, un tema, pintores, materiales, formato y soporte. Picturalissime, que proporcionó copias para cine y televisión, ofrece inspiraciones, como el “salón Caillebotte”, que demuestra que una copia puede caber naturalmente en una habitación. Abra su arte, por ejemplo, hace copias de vidrieras en la catedral de Chartres. Estas reproducciones están libres de derechos de autor, siempre que se realicen en una escala diferente y que la obra tenga más de 70 años, dentro del marco legal de respeto a la propiedad intelectual. ¡Las copias son, por tanto, piezas únicas! L'atelier des Gobelins ofrece una reproducción de tapiz tejido del Beso de Klimt por 245 euros. Estando la escultura de moda, los moldes son un gran acierto. El taller del Louvre, que cuenta con 6.000 formas, revive las obras maestras, realizadas según los procesos originales. El Musée Rodin ofrece esculturas de resina del “Pensador”, hechas a mano con moldes del maestro, y reproducciones de dibujos en ediciones limitadas. La muestra de expresión del museo (200 tiendas de museo que exponen) es una tendencia: el mercado de objetos inspirados en colecciones está en auge. Los “compradores de arte” tienen gusto por el objeto que tiene significado, por el producto derivado que tiene una referencia. Estos objetos culturales son cada vez más creativos y estéticos. Los museos venden así su imagen. El rango de precios es muy amplio, según modelo y serie. La más cara de todas: una Venus de Milo de tamaño natural (3620 euros). El gran clásico: la taza. La vajilla (vasos, decantadores, platos, candelabros) que inspiran las reediciones del servicio de época y los estampados textiles son muy populares. Tan chic, ahora limpiamos nuestros platos con un paño de cocina Cézanne. > Varios cientos de objetos en www.boutiquesdesmusees.fr